miércoles, 1 de junio de 2011

Los ricos invierten en su mente


Hay una gran diferencia entre hacer negocios exitosos, y gente exitosa haciendo negocios

En un seminario de Robin Sharma, un prestigioso y reconocido motivador y conferencista internacional, se refrescaron algunos principios de liderazgo.

Todo parecía formidable, sin embargo hubo algo fuera del contexto principal del seminario que llamó tremendamente la atención y que aportó lecciones importantes sobre la riqueza.

Los Ricos Invierten en su Mente.
El seminario se llevó a cabo un jueves por la noche. La primera sorpresa fue encontrar a cientos de empresarios y gerentes de grandes compañías justamente allí a las 8 de la noche. Ansiosos por alimentar su mente, el seminario fue presenciado por más de mil personas. La mayoría de ellos personas elegantes y con clase que pagaron un promedio de $80 dólares para escuchar la charla de 90 minutos.

Primera lección: las grandes diferencias entre ricos y pobres reside en la forma como invierten su tiempo y dinero que a la larga, se convierte en más tiempo y más dinero.

Los Ricos Involucran a sus Hijos
Otro detalle que impactó fue el hecho de ver a muchos jóvenes y adolescentes en el seminario. Algunos llegaban con sus padres.

Fue maravilloso ver adolescentes en la fila esperando que Robin Sharma les firmara un libro que por supuesto era seguro que leerían.

Segunda lección: Involucra a tus hijos en lo que haces. No hablo de forzarlos, hablo de inspirarlos.

Los Ricos Disfrutan del Momento
En la entrada del salón recibieron a esas 1100 personas con copas de vino y sodas. La atmósfera era tal que se podía respirar el entusiasmo en la gente.
Todo el mundo parecía caminar con prontitud de un lugar a otro con un solo objetivo: obtener el mejor lugar para escuchar la conferencia. En realidad, estaban disfrutando el momento.

Los Ricos Leen, Los Pobres ven TV.
Finalmente, en la entrada al salón había mesas con cientos de libros. Apenas podías acercarte porque la gente estaba comprando libros como si estos se fueran a terminar.

Tercera lección: los ricos leen, se educan y crecen cada día.