jueves, 28 de abril de 2011

7 pasos para GASTAR MENOS de lo que ganamos


1. REGISTRO.
Lo primero es hacer un rastreo de tu dinero. ¿a dónde se va? Durante 15 días anota todo lo que gastes y en que (si puedes hacer el registro del mes completo, mejor). TODO. Las propinas, lavado de carro, comida fuera, el super, el cafecito, los cigarros, la gasolina, el metro, las revistas. Incluye también los gastos mensuales como renta, luz, agua, contador, internet, teléfono y los pagos a las tarjetas de crédito. Usa una hoja de calculo y en una columna por todos los gastos y en otro lo ingresos. Al final, podrás ver cuanto exactamente estás gastando.

2. EVALUACION GENERAL
Evalúa tu ejercicio. Si salió que en los 15 días gastaste $8,500 y tu quincena es de $8,000, rápidamente puedes ver que gastas $500 (aproximadamente) de más cada 15 días, lo que representa $1,000 al mes. Son $1,000 que NO TIENES y que si los estás gastando, seguro lo haces con DINERO PRESTADO (tarjetas).

3. EVALUACION DE ITEMS.
Has una evaluación de cada item. Por ejemplo, descubres que gastas $200 al mes en cafés. Analiza fríamente ¿realmente te es tan importante el café? O podrías comprar un termo y llevar el tuyo? ¿qué tal comprar entre todos los compañeros una cafetera?  o incluso comprar el café en un lugar más barato donde puedas aunque sea cortar el gasto a $100. Todos los items sin los cuales no puedas vivir, déjalos y los demás ¡elimínalos de tus gastos!

4. ESTABLECIMIENTO DE METAS.
Quieres gastar menos, esa es la meta general. Pero ¿cuánto menos? ¿para qué? ¿durante cuanto tiempo?. Estas preguntas son importantes para que puedas llevar a cabo esta clave.
Trata de ver una meta a largo plazo (mas de 10 años) por ejemplo, establecer un fondo de ahorro para el retiro. Para ello, necesitas ahorrar digamos, $500 al mes. También quieres cortar deudas de tarjetas (plan a mediano plazo) y para ello necesitas $1,000 al mes para terminarlas en 2 años. Y quieres un fondo para emergencias que con $1,000 al mes durante 2 años ya está. Ypor ultimo quieres un ipod que cuesta $4,000.
Una vez eliminados los items que no son importantes y que se llevan tu dinero, ve cuanto puedes cortar al mes de gastos. Vamos a suponer que quitando los gastos que lograste eliminar  tienes $2000 al mes a tu favor (ganas $16,000 y gastas $14,000). Puedes repartir esos $2,000 de la siguiente manera:
Ahorro para el retiro: $200 al mes
Eliminación de deuda tarjeta :$1,000 al mes
Fondo para emergencias: $400 al mes
Compra de ipod: $400 al mes
Total: $2,000
Si te fijas, la mayor cantidad está destinada a eliminar las tarjetas. ¿por qué? Porque cuando acabes con esa deuda, además de ya no pagar intereses, tendrás $1,000 COMPLETOS Para  las metas importantes. Al final ya no tienes $2,000 extras sino $3,000.

5. RESISTIR TENTACIONES.
Todos tenemos cosas que nos “disparan” el deseo de comprar. Es importante ver cuales son las nuestras (son extremadamente personales) y  poner en práctica el complicado  arte de aguantarse.  Al prinicipo será muy difícil. Luego será moderadamente difícil y más adelante (si perseveramos un poco) no será tan difícil.  Sobre todo en ciertas cosas. Si te tienta salir a dar la vuelta al Mall, ni te acerques. ¡nada de que es ahí estan los cines! Hay muchos cines fuera de centros comerciales.


6. OLVIDATE DEL  “ME MEREZCO”  (por lo menos un tiempo).
Varias personas cercanas a mi me han dicho después de una orgía absoluta, descarada e indulgente de compras: “es que trabajé muy duro esta semana-mes-día-año, y la verdad, me lo merezco”.  Será el sereno, pero no te mereces estar endrogado. No te mereces pasarte 18 meses pagando por lo que compraste 1 día. No te mereces tener que pedir mas prestado porque no tienes para pagar un gasto de emergencia. No te mereces estar angustiado por falta de dinero la mayor parte del tiempo. ¿Has pensado en estos “no me merezco”?.
La verdad todos nos merecemos tener cosas lindas, no se trata de “meritocracia”, se trata de planeación y aprender a esperar por tener lo que deseamos. Es un hecho que no podemos tener todo AL MISMO TIEMPO. Pero con planeación y determinación si podemos tener TODO. Aunque no lo mereciéramos!

7. HAS RENDIR TODO TU DINERO.
Esta es una parte importante a la hora de gastar menos. Cada peso que gastamos es un peso menos en nuestra bolsa (se oye bien tacaño, pero por favor, síganme la corriente hasta terminar), así que bien nos conviene invertir unos segundos más en pensar como y en que gastamos. Por ejemplo hace poco me di cuenta de que las servilletas marca “libre” no hacen ninguna diferencia de las de marca “no libre”. Así que todas las servilletas ahora no tienen marca. Quizá no es mucho lo que me ahorro, pero eso que me ahorro lo prefiero invertir en el papel de baño. No compro en temporadas altas. Trato de planear compras como el 14 de febrero, el 10 de mayo y la navidad. La navidad no es tan fácil, pero se puede aunque sea un poco. Por ejemplo con mi esposo, generalmente ya se lo que quiere desde antes así que lo trato de comprar en octubre. Ahí ya fue un regalo en temporada baja.  Comprar por mayoreo ciertas cosas, también puede maximizar nuestro dinero, solo que cuidado! Porque a veces el mayoreo es el mismo precio que el menudeo y es muy probable que terminemos comprando “mas de lo que necesitamos” en las tiendas de descuentos. En general fíjate en las relaciones costo-duración, duración-necesidad precio-necesidad etc. del producto. Ese tipo de asociaciones nos ayudan a tomar mejores decisiones.

Desesperada...


5 PASOS PARA AFRONTAR UNA LLUVIA DE TAREAS

“Las horas del día no me alcanzan” parece ser una constante que acecha nuestra rutina laboral. Y si a eso le sumamos las tareas imprevistas que suelen surgir por múltiples motivos, que además se transforman en impostergables, nos invade una sensación de caos que nos paraliza y retrasa aún más la lista de tareas a realizar.
Esta vez te traigo un paso a paso súper efectivo para esos momentos en que te sientes abrumada por las circunstancias que  te ayudará a  a ver con mayor claridad cuál es el paso a seguir que primero te conviene dar.
¿Te ha pasado de sentir que 24 horas en el día son pocas para hacer todo lo que tienes que hacer? ¿Y cómo lo has resuelto?
¿Qué hacer? ¿Qué medidas tomar cuando estamos intentando hacer nuestro trabajo pero no paran de llegarnos tareas imprevistas? ¿Cómo salir de ese

1-Supera la primera reacción

Cuando llegan los imprevistos, nuestra primera reacción suele ser de indignación, luego de irritación y finalmente de autocompasión. Somos humanos, por supuesto, y reaccionamos así por instinto.
Pero experimentada ya la primera reacción es preciso salir de ahí, recobrar la serenidad y darnos cuenta de lo que tenemos delante: un trabajo que hay que hacer. Para conseguirlo el primer paso ineludible —si es que lo quieres hacer bien, claro—, es desprenderte del drama. Calma, serenidad y decisión. Es con eso con lo que no sólo podrás terminar la tarea sino además hacerla bien.
Recuerda: ninguna batalla se gana con la desesperación o el enfado como armas.

2-Anótala y sigue trabajando

Estás trabajando y recibes una llamada que trae una nueva tarea; miras el correo y llegan dos nuevas tareas; un compañero se acerca a tu mesa y te cae otra tarea; tu jefe te llama a su despacho y sumas otra tarea…
En esos casos, si inmediatamente te pones con cada nueva tarea, sencillamente nunca terminarás nada. Es necesario que anotes la nueva tarea pero también que vuelvas, lo más deprisa que puedas, a la que entonces estabas haciendo.
Si te fijas, cuando aparece una nueva tarea ocurren dos cosas:
  1. Una interrupción: la interrupción ha roto tu concentración, tu ritmo de trabajo y el camino que llevabas para terminar la tarea que antes estabas haciendo.
  2. Una Obligación: la obligación te dice que hay algo que “tienes o debes hacer” próximamente.
Ante la interrupción es necesario volver a lo que estabas y terminarlo con el mismo nivel de compromiso que tenías. Ante la obligación es preciso que la anotes para hacerla, pero (muy importante) seguir con lo que estabas.
¿Y qué pasa si la nueva tarea tiene que “hacerse para ayer”? ¿Qué hacer cuándo lo que me encargan tiene que hacerse ya? Intenta por todos los medios de contener los caballos e igualmente terminar lo que estabas haciendo. “En cuanto termine esto me pongo con eso”.
Muchas veces retrasar 30 ó 40 minutos el impulso de empezar “lo urgente”, te permitirá 1) terminar lo que hacías y 2) empezar con más seguridad el nuevo encargo.
De otro modo, sólo dejarás cadáveres por el camino, te sumirás en un estado de estrés continuo y todas tus tareas llevarán el apellido precipitación y mediocridad. Terminar, y no empezar, es la clave de tu trabajo.

3-Ponle apellido a la tarea que llega

Del mismo modo que los japoneses no son todos iguales las tareas tampoco. Una vez te sacudes el drama de encima te será mucho más fácil pararte a interpretar esa tarea. O “ponerle un apellido”, como me gusta decir a mí.
¿Es una tarea “Clave”, una tarea “Menor” o una tarea “Basura”? Párate unos instantes a considerarlo con calma porque ni mucho menos tienen el mismo impacto en tus objetivos, producen resultados y exigen lo mismo de ti.
De hecho, en mi experiencia, ése es uno de nuestros mayores fallos. Tendemos a interpretar “todo lo que va cayendo” como si todo tuviera la misma importancia. Rompe con esa tendencia de actuar irreflexivamente y sabrás priorizar mejor.
Trata, por todos los medios, que las tareas que van llegando, no impacten ni afecten a las Tareas Clave que son las que de verdad van a producir resultados. Preservar, cuidar y proteger las Tareas Clave debe ser uno de tus mandamientos diarios. Ahí está verdaderamente la esencia de tu día productivo.

4-Reajusta tu planificación

Esta es una de las ventajas de la planificación de tareas. Para poder recomponer mejor las fichas del puzzle cuando surge un imprevisto o caen tareas aquí y allá. Quien no cuenta con una fotografía del día lo pasará mal. Quien conoce por adelantado lo que tiene que hacer puede reajustar y mover piezas con más facilidad, decisión y libertad.
Si llegan tareas que de verdad han de hacerse, revisa tu planificación para el día y hazte estas tres preguntas:
  • “¿De verdad TENGO que hacer TODAS hoy?” (por supuesto que no, no todas las tareas son Clave)
  • “¿Hay alguna que pueda SACRIFICAR y pasar a mañana?” Si es así, ¿cuál? (con madurez y criterio productivo).
  • “Hay alguna que puedo delegar o reenviar a otra persona?” Si es así, hazlo ya.
Mueve las piezas sí, pero comprométete a hacer las Tareas Clave y por nada del mundo dejes que otras de mucha menor importancia les afecten.
Piensa que en esos casos tienes que elegir, decidir y sacrificar. Si quieres mantener tu profesionalidad y un mínimo de calidad en tu trabajo, nunca podrás llegar a todo. Y si lo intentas, lo harás mal.

5-Ponte en marcha cuanto antes

Una vez que te has desprendido del drama y de los lamentos, una vez decidido qué vas a hacer y cuándo, ponte en marcha, empieza y adelante. El mejor modo de acabar las cosas, tanto si son pocas como muchas, es empezar. Sencillamente empezar.
Y para empezar y lograr terminar estas tareas que caen de sopetón, te dejo cinco claves que siempre me han funcionado bien:
  1. Ponte tu canción favorita, intenta animarte y sonreír porque en ese estado la tarea te costará menos.
  2. Si el tamaño de la tarea que te ha caído te abruma, divídela en varias partes para empezar por el que más te apetezca o te estimule. El caso es empezar ya.
  3. Trata (siempre) de no caer en la multitarea. Cuando hay avalancha de tareas intentamos poner varias cosas en marcha pero eso al final nos estresa más, nos hace más ineficaces y caemos en la precipitación.
  4. No te agobies con la lista de tareas que no para de crecer. Preocúpate y concéntrate en la que tienes entre manos. Sólo existe esa tarea.
  5. Trata por todos los medios de conseguir concentración. El trabajo in-interrumpido hace que no sólo des lo mejor de ti en cada tarea sino que puedas terminarla antes.

miércoles, 20 de abril de 2011

Menú Semana Santa


Buenas tardes mis amigos, aquí les muestro un menú para Semana Santa algo diferente.
Para salir de esa tarta de atún y/o merluza, del filete arrollado con jugo de limón etc etc.
Para que se animen y prueben, y le pongan también su toque, porque de eso se trata, de animarse a hacer algo diferente.

Entrada: Pinchos de Langostinos Marinados
- Langostinos limpios y pelados (solo con la cola) 3 unidades por persona
- Preparar en un bowl una marinada con: Aceite de Oliva, 5 cdas, Jengibre Fresco, 1 cda
Lima, piel rallada y jugo de 1 unidad, Hojas de Cilantro, una taza pequeña (en su efecto perejil), Hojas de Eneldo, Ajo 1 diente, Sal y pimienta, a gusto.
- Aparte, preparamos el jugo de una lima para la cocción de los langostinos.
- Sumergimos los langostinos en dicha marinada durante, al menos 45 minutos. Filtramos los elementos sólidos de la marinada con un colador, para aprovechar el aceite de oliva que ha quedado saborizado. En una sartén caliente, ponemos 3 cucharadas del aceite resultante de la marinada, y cocinamos los mariscos 3 o 4 minutos por lado, para preservar así el punto exacto de cocción. Una vez que los damos vuelta, agregamos el jugo de lima.
- Presentación: Disponemos los langostinos pinchados en un tenedor, sobre una fuente de cerámica. Salseamos con el jugo resultante de la cocción y decoramos con hojas de berro, cilantro o perejil.

El Principal: Salmón Rosado Grilleé con Salsa de Almendras
-Ingredientes: Salmón Rosado, una porción de 200 gramos por persona, Harina c/n, Sal y Pimienta c/n, Aceite de Oliva c/n
-Preparación: Calentamos la grilla (o plancha) y pincelamos con Oliva, justo antes de este momento, pasamos los filete de Salmón por harina, para extraer la humedad superficial y obtener un dorado parejo de la pieza. Dorar por ambos lados cuidando que no se pegue a la grilla (debemos mantenerla humectada con aceite de oliva). Terminar la cocción de la pieza en el horno, por espacio de 5 ó 7 minutos por lado. Salpimentar
- Salsa: Almendras peladas y enteras 20 grs., Jerez 100 cc, Jugo de Limón de 1/2 unidad
Ralladura de piel de limón, 1 unidad, Sal y Pimienta, Manteca fría en cubos 2 cdas.
Reducir el Jerez a la mitad de su volumen inicial, junto con el jugo de limón y la ralladura de la piel del mismo. Almendras; picamos groseramente y tostamos en una sartén (sin materia grasa), luego las incorporamos a la salsa. Una vez lograda la reducción de la misma, sumamos la manteca fría en cubos (fuera del fuego) mediante movimientos circulares, o con ayuda de un batidor de alambres. Decoramos la salsa con perejil picado bien fino, o ciboulette en mismas condiciones.
- Guarnición: Zapallo Anco con piel ¼, Aceto Balsámico 30 cc, Miel 2 cdas, Manteca 2 cdas, Aceite de Oliva 2 cdas
Cortamos el zapallo anco en cubos medianos, doramos levemente en el aceite de oliva junto a la manteca durante 10 minutos a fuego medio. Salpimentamos y agregamos el Aceto Balsámico y la miel. Cocinamos hasta que quede casi seca la preparación, pero corrediza.

El postre: Queso con dulce de membrillo y biscotti de almendras
- Ingredientes: Queso Portsalud (más bien duro), Dulce de Membrillo en pasta,
- Biscotti de Almendras: Harina 0000 200 grs., Polenta 100 grs., Azúcar Impalpable 300 grs., Huevos 3 unidades, Almendras picadas y tostadas 200 grs., Polvo para hornear 1 cdita, Semillas de Anís 1 cda
Mezclamos harina, polvo de hornear y la polenta junto con las semillas de anís y el azúcar impalpable. Agregamos los huevos de a uno y amasamos muy poco la masa. Armamos un bollo grande y disponemos en una placa para horno, previamente untada en manteca. Cocinamos a temperatura media durante 30 minutos. Dejamos enfriar, y cortamos tajadas largas y finas.
Sugiero acompañar el plato principal y el postre con un vino blanco Semillón.

miércoles, 13 de abril de 2011

¿Tonterías de Mujer?

Un cuento de Poldy Bird

Dije desesperada: "algo muy grave me sucede, pero no hablaremos de eso hoy". 

No insististe en saber. Para eso tendrías que mirarme y verme, tendrías que aguzar tu sensibilidad y tomarte el trabajo de entenderme. 
Te resulta menos complicado pensar que, como siempre, mis palabras serán producto de los vientos que azotan mi corazón. No preguntás. Distraídamente hacés a un lado las frases que puedan comprometer tu ritual de no pensar en lo que considerás “tonterías de mujer”. 

Por eso ensayo mi discurso, ese mismo discurso que me prometo siempre recitarte mañana, y al día siguiente lo busco y no lo encuentro. Se trata simplemente de un llamado, de tres simples golpes a tu puerta cerrada.

Más que un discurso es un llamado,

Más que un llamado una esperanza,

Más que una esperanza una loca necesidad de que me escuches.

Por eso ahora lo escribo. Breve y conciso:

“Algo muy grave me sucede: estoy viva”